Miles de personas han vuelto a salir a las calles de Madrid para protestar de nuevo contra la cláse política en general y el pacto del euro en particular. En esta cita, bautizada como 19J, seis marchas han partido de distintos enclaves de la capital para confluir sobre las dos de la tarde entre la Plaza de Cortes y la fuente de Neptuno donde han vuelto a gritar que "lo llaman democracia y no lo es" bajo una pancarta de bienvenida que en grandes letras gritaba respeto.
(Ver artículo en La Comunidad, El País. Buscando el Norte)
Los organizadores afirman que allí se han concentrado 50.000 ciudadanos. Unos 40.000 según las difras de la Policía. Me pregunto dónde están los otros 80.000 / 70.000 de los más de 130.000 usuarios que habían confirmado su presencia en la manifestación en la página de Facebook.
Una jornada marcada por el pacifismo en la que, cuanto menos, ha sido llamativo ver como muchas personas de mediana y tercera edad se colocaban en primera línea de la concentración, justo frente alas vallas que desde primera hora de la mañana han cortado el acceso al Congreso de los Diputados. Mucha gente y muy diversa. Muchos jóvenes pero también muchos mayores. Al fin y al cabo, la crisis no entiende de edades.
"Regalan un poster preciosísimo", le decía una señoruca de unos 70 años muleta en mano a un manifestante que juraba y perjuraba que no volvería a leer un periódico ni a ver la televisión en su vida. Y es que hoy, uno de los diaros de tirada nacional, regalaba un gran cartel con un montón de pancartas de las que se han visto durante las jornadas de protesta. Una bonita iniciativa, también una buena oportunidad de negocio.
De nuevo Democracia Real Ya ha estado presente. También Anonymus y también Juventud Sin Futuro. En una gran pancarta amarilla otro sector del movimiento 15M anunciaba que ya organiza un referendum para el próximo 15 de Octubre y animaba a la gente a participar. Y así muchos clectivos más.
Ha vuelto a cantarse eso de "no nos representan", "esta crisis no la pagamos" y "que el próximo parado sea diputado". Imaginación de nuevo en cientos de pancartas con las que los manifestantes, bajo un sol de justicia, reivindicaban aquello que les parecía oportuno: "Políticos se os ha acabado la fiesta", "Solo un beso callará mi boca", "Soy uno de los cinco millones (de parados)", "Yo también quiero un futuro", "Vaya donde vaya solo veo vallas", "Somos de todos los colores", "¿Tranquilizar a los mercados? ¡Vamos a ponerles de los nervios!", "Ni pacto ni ostias", "Somos peronas no mercancías", "¿Que no tenemos futuro? Challenge acepted", "Perdone las molestias, estamos cambiando el mundo para usted".
UNA VEZ MÁS "TELEVISIÓN MANIPULACIÓN"
La crítica a los medios de comunicación ha estado presente, una vez más, entre las consignas coreadas. Al grito de "televisión manipulación" y entre un sin fin de silbidos se ha hecho casi imposible el trabajo de los periodistas de las principales cadenas de televisión. A uno de los reporteros han llegado a tirarle agua. Un reportero que, hasta momentos antes de su directo, había dejado subir a todo el mundo a su templete para que desde allí puedieran retratar la plaza.
La Policía también se ha llevado lo suyo. A las dos de la tarde y hasta donde alcanzaba la vista desde la Plaza de las Cortes se contaban 13 furgones policiales y por lo menos 35 agentes uniformados cuidaba que nadie saltara la verja de seguridad que separaba manifestación y Congreso. "Si dejáis las porras os invitamos a churros" y "no nos mires, únete, a vosotros también os han bajado el sueldo", han gritado muchos ciudadanos desde el otro lado después de tirar un montón de aviones de papel con mensajes hacia la zona a la que se les ha prohibido el acceso. Aviones que han quedado atrapados entre las vallas azules de la Comunidad de Madrid.
¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE EL 15M?
Me pregunto qué pasará ahora. Me pregunto si los ciudadanos serán capaces de canalizar su descontento y ganar los apoyos suficinentes como para ejercer una presión que obligue a los políticos a hacer reformas que mejoren las condiciones de vida de las personas. Me pregunto si el referendum del 15 de octubre en el que ya trabaja duro parte del 15M contará con la participación masiva de la gente o si tendrá solo, como mucho, los votos de 50.000 personas. Que está muy bien, pero son solo 50.000 personas de un país con más de 46 millones de ciudadanos.
En el huerto de Sol las semillas plantadas germinaron y ahora crecen verdes y fuertes en uno de los parterres de la plaza. Alguien se llevó los tomates pero el resto de hortalizas siguen allí. Nadie las ha quitado. Me pregunto si tanta indignación no quedará en agua de borraja. Y cruzo los dedos para que no sea así.
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