jueves, 2 de junio de 2011

¿Y si un nuevo sol ha salido en Sol?

El 15 de mayo miles de ciudadanos salieron a la calle para protestar contra una crisis económica que debora a jóvenes y mayores. De Cibeles hasta Sol Madrid se lleno de carteles: "Me sobra demasiado mes al llegar el fin del sueldo", "No es crisis, es estafa", "Hay poco pan para tanto chorizo". ¿Mi favorito? "Merkel ponte guapa que voy a rescatarte".  

Al acabar la marcha, un pequeño grupo de personas acampó a los pies del reloj que cada 31 de diciembre da las campanadas de fin de año. Nada pasó esa noche pero, el lunes de madrugada, estos primeros acampados fueron desalojados.El martes, a través de Internet, se convocó una nueva movilización, esta vez frente a la Puerta del Sol, y fueron miles las personas que acudieron a la llamada. La plaza se llenó para asombro de unos convocantes que, ni en el mejor de sus sueños, habían imaginado tanto apoyo. Entonces una joven preguntó "¿Queréis que nos quedemos?" y la respuesta fue unánime: "No tenemos casa, dormimos en la plaza".
Puerta del Sol, martes 17 de Mayo. Madrid (España)
Y ACAMPADA SOL SE LEVANTÓ

Al caer la oscuridad ninguno pudimos marcharnos a casa. Sabíamos que algo grande estaba pasando allí y no, no queríamos que nos lo contaran. El momento era tan impresionante como emocionante. ¡Imagínenese! La Puerta del Sol a rebosar de personas protestando contra unos políticos que les roban y les toman el pelo, contra un sistema que olvida sus derechos y les niega un futuro digno. Hijos, padres y abuelos unidos por una causa común. 

Nació entonces el ya célebre "no nos representan" en referencia a la clase política gobernante contra la que estos días se rebelan los ciudadanos por poner la economía al servicio de los bancos y no de las personas. Quizá, como rezaba uno de los carteles de la plaza, "me representaréis cuando cobréis 600 euros".

Desde entonces, Acamapda Sol ha estado en el punto de mira de medio mundo al ser considerada epicentro del movimiento 15M. Aquella noche se organizaron las primeras comisiones y grupos de trabajo: infraestructuras levantó toldos, comunicación pensó cómo gestionar la información, legal analizó la ley para ver cómo podían hacerse las cosas de la forma más correcta posible. Cientos de ciudadanos, libre y espontáneamente, comenzaron a debatir ideas y a formular propuestas y, poco a poco, fueron convirtiendo la plaza en un ágora de reflexión común y devolviendo la política al espacio público. A las cuatro de la madrugada, bajo la atenta mirada del Oso y el Madroño, tuvo lugar la primera Asamblea General del campamento. 

Manifestación previa a las elecciones municipales. Puerta del Sol, Madrid (España)
"BIENVENIDO A LA PLAZA SOLUCIÓN"

Así lo anunciaba un cartel al salir del metro. A medida que crecía el campamento se formaban más grupos de trabajo en los que todo el mundo era bienvenido a discutir, debatir y reflexionar. Aparecieron comisiones de Política, Economía, Educación, Arte... Y a estos se unieron los servicios: una guardería, una biblioteca con más de 4.000 libros, varias cocinas e, incluso, un par de huertos. Cada vez había más gente,  voluntarios y curiosos que querían participar de todo aquello. 

La noche del 21 de mayo la Policía daba la cifra de 28.000 manifestantes y más de 200.000 personas firmaban para que se permitiera a la acampada continuar. La tarde del 11 de junio el número de comisiones superaba la treintena y se contabilizaban más de 11.000 propuestas ciudadanas de las cuales, el cuatro por ciento, piden una reforma de la Ley Electoral.

Ángela, una de las tantas portavoces del 15M

Y AHORA, ¿QUÉ VA A PASAR?

"Nos piden un programa político los que se saltan sus propios programas, nos piden transparencia quienes jamás nos han contado ni preguntado nada, nos piden propuestas quienes tienen millones de presupuesto a nosotros que tenemos carpas y cartones", explicaba un portavoz. El movimiento es espontáneo y heterogéneo de raíz y necesita tiempo para dibujarse, para alcanzar un acuerdo, un "consenso de mínimos" tan anhelado por muchos. De ahí que sea tan complicado definir el 15M. 

España cuenta ya cinco millones de parados y la tasa de desempleo juvenil supera el cuarenta por ciento. Podemos estar a favor o en contra del 15M pero, lo que es inegable, es que al menos esta gente, con sus fallos y sus aciertos, ha reaccionado contra una crisis que ellos no han provocado en lugar de quedarse sentada en su casa frente al televisor, haciendo botellón o resignándose a cobrar un sueldo miserable por largas jornadas laborales, en caso de ser afortunados y tener un trabajo, claro está, situación en la que encima se les exige den las gracias.  

No son antisistema ni perroflautas ni okupas, que haberlos haylos. En su mayoría son licenciados universitaros a los que se les ha negado una oportunidad, parados hastiados por la falta de trabajo, jubilados a los que cada día les cuesta más llegar a fin de mes. No son indignados, están indignados y, cada vez, más organizados. Se han lanzado a la calle y han dicho: "Basta ya, queremos soluciones. no nos mires, ¡únete!". Y lo tienen más que claro: "Existen alternativa a la economía neoliberal que se propone. En nuestra mano está luchar por ellas". De ahí que, cuando el domingo 11 de junio levantaron la acampada, dejaran a los pies de Carlos III con un mensaje muy claro: "Nos vamos pero sabemos el camino de vuelta".

Pancarta en la Puera del Sol colgada el día que se levantó el campamento
(Publicado en la revista DeLaredulin, número 79)

Sigue a la autora en Twitter @CristinaELozano

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