sábado, 13 de agosto de 2011

Con su permiso

En la isla de la calma todo parecía ir a otra velocidad. La vida, el viento, la luz. El amor. ¿El amor? Incluso, si existiera, iría a otra velocidad. 

Si nos dejamos, la vida nos lleva por caminos raros. Y sino, ¿qué nos queda? La sensación de obligación, de seguir la ruta trazada. De ser igual, de ser uno más. 

Pero algunos, algunos no son capaces de ser uno más. Y aunque condenados a buscar un inalcanzable, más tarde o más temprano, ¿aprenden a encontrar la felicidad? ¡Felicidad! 

Quizá en los pequeños momentos. En esos que son solo suyos. Efímeros, intensos. Irracionales. 

En esos que les pertenecen solamente a ellos. Y a nadie más. 

Sedano, Burgos (España)

No hay comentarios:

Publicar un comentario