domingo, 15 de mayo de 2011

Indignez-vous!

No todos somos la generación ni ni. Muchos crecimos esforzándonos, estudiando, trabajando. Interiorizamos los valores que padres y profesores se esforzaron por inculcarnos. Respeto, tolerancia, igualdad. Libertad, incluso. Hicimos carreras, aprendimos varias lenguas. Creímos que el límite era el cielo, que el amor era la respuesta y que los sueños se pueden cumplir. Que el que lucha conquista y que la vida pone a cada uno en su lugar. 

¿Qué pasa cuando la realidad se descubre y uno de repente es consciente de que el sistema ha sido diseñado para nuestro control, que no sirve más que al que tiene dinero y que su fin último no es sino subordinarnos al servicio de unos intereses que no son los nuestros? Y lo revisten de "estado del bienestar" aún cuando este hace tiempo que dejó de considerarnos personas para pasar a ser lo que nadie quiere oir. ¿La clase media? ¡Ja! Pregúntenle a Toqueville. 

La libertad es lo que hace al hombre humano. No somos máquinas, no somos animales. No dejemos que nos hagan esclavos. No debiera tratarse de poder, de dinero, de estatus. No debiera tratarse de posesiones ni dominios. ¿Cuál queremos que sea el fin? ¿Dónde situamos la meta? 

Esto es efímero, que nadie se engañe. Lo único verdaderamente nuestro es el tiempo. Nuestro tiempo. Solo nosotros decidimos lo que queremos hacer con el. El tipo de personas que queremos ser. La sociedad que queremos legar a los siguientes. Es el momento. Tiremos la brújula que nos regalaron cuando alguien estableció por nosotros el convenio de becarios. Busquemos el norte

Ahora o nunca. "No nos representan", son todos parecidos, prácticamente iguales. "Esto no es crisis, esto es una estafa". Hablarán de idealistas poco prácticos. Hablarán de rojos de mierda, de idiotas, de ignorantes. Pero somos nosotros los que decidimos qué hacer con nuestro tiempo y con quién. Cómo queremos vivir nuestros días. Si estamos dispuestos a marcar la diferencia. ¿Lo estamos? "Que no nos engañen".

Indignémonos. Tenemos razones. Todas las del mundo. Tenemos el tiempo. Nosotros decidimos que hacer con el. Ahora o nunca: luchemos. Por lo que nos prometieron, por lo que nos niegan, por lo que queremos. ¡Pensemos! Porque solo aquel que ensaya lo absurdo es capaz de conseguir lo imposible que escribiera Unamuno. 

Indignez-vous!

Madrid, 15 de mayo de 2011

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