lunes, 9 de febrero de 2009

Sobre ser escritor


Ser escritor no es algo que se escoja. A menudo quienes se dedican al mundo de las letras no son tontos o, al menos, son lo suficientemente listos como para darse cuenta de que hubiera sido mucho más fácil elegir otra profesión, una menos sacrificada y con más posibilidad de futuro. De hecho y pensando con la cabeza ésto sería lo más racional para cualquiera que se preocupara un mínimo por no morir de hambre.
Es la literatura pues, mejor dicho, las letras quienes deciden a quién atrapan sin remedio y a quién dejan pasar de largo. No hay contrato de dos partes en esta profesión sino un terrible enamoramiento sin remedio de una de las partes hacia la otra. No hay razón, hay pasión. No se trata de una elección sino de un terrible deseo que te arrastra, cuando aparece, hacía la pluma que descansa sobre la hoja en blanco situada en cualqueir parte. Ni siquiera es la necesidad de comunicar alguna cosa sino, la mayor parte de las veces, se trata de dar un grito a ninguna parte con la esperanza de quizá ser oído o, quién sabe, contestado.
El escritor ni siquiera nace. No es capricho, no es antojo, no es moda. A veces uno despierta con la necesidad de que tiene dentro algo que tiene que dejar salir… Sin necesidad de que haya ninguna razón lógica para ello. Porque la lógica no deja de ser sino una mala compañera para la literatura ya que a través de este arte se nos permite soñar, se anulan las barreras y se esonde la libertad más absoluta, esa que nada ni nadie puede cohartar. ¿Quizá sea la imaginación la llave hacia nuestra libertad? Al menos hoy, sabemos, que a pesar de todos los esfuerzos por, aún no se ha encontrado un método que consiga al cien por cien evitar que, al menos en nuestro pensamiento, podamos ser libres.
Santa Sofía, Estambul (Turquía)

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