15 de Octubre de 2011, 18:30 horas. Plaza de Cibeles, Madrid |
Este sábado se han cumplido cinco meses desde aquella primera manifestación en Madrid. Era domingo, 15 de mayo, y fueron muchos los que acudieron a una marcha que, finalmente, acabó siendo el germen de la acampada Sol, del movimiento 15M y, en el día de hoy, del comienzo de muchas otras protestas ciudadanas a lo largo y ancho del globo.
En España hemos desayunado viendo como japoneses y australianos se echaban a la calle para protestar contra la crisis y, a medida que han ido pasando las horas, las manifestaciones ciudadanas han ido extendiéndose por los cinco continentes. Mayormente, dejando a un lado los violentos incidentes ocurridos en Roma , todo pacífico. Como fue en un principio y como tiene que ser en el futuro.
Madrid ha vivido este sábado una nueva jornada reivindicativa en la que, una vez más, los ciudadanos han expresado su descontento de mil y una formas diferentes, cada cual más creativa que la anterior. Y es que si hay algo que parece estar quedando claro es que la crisis agudiza el ingenio.
Las cifras oficiales hablan de 60.000 personas tomando las calles. Con la honestidad de una periodista con poca simpatía con los números me permito ponerlas en duda. Hacía mucho tiempo que una manifestación del 15M no conseguía juntar tanta, tantísima gente. Algunos hablaban de entre 250.000 y 300.000. No podría decirlo. Pero sé que las vías de acceso a Cibeles, tanto la calle Alcalá como el Paseo del Prado, han sido invadidas por miles y miles de personas deseosas de gritar eso de "lo llaman democracia y no lo es". Personas que han caminado hasta la Puerta del Sol y que han vuelto a abarrotar la plaza hasta tal punto que la manifestación ha tenido que desviarse hacia otros lugares de la ciudad ante un acceso casi imposible.
15 de Octubre de 2011, 19:30 horas. Calle Alcalá, camino de Sol, Madrid |
Canticos, tambores, gritos, pancartas, globos al aire. Mucha gente y muy variada. Y es que la crisis no distingue entre jóvenes y viejos, igual que los mercados no hacen ascos cuando llega la hora de devorar su festín, de la talla que sea. Jubilados, amas de casa, padres de familia, jóvenes, niños. Todos tenían algo que decir y, más importante aún, querían decirlo. "Tu a mi no me privatizas", "Nos mandan a paseo y siguen el saqueo", "Si hay algo que aprendí ligando es que hay cosas que no se tocan (sanidad, educación...)", "No teno perro, no tengo flauta, me preocupa mi futuro". Así hasta el infinito.
Ha vuelto a cumplirse eso de que no somos cinco o seis. La gente está cansada y está harta. No solo en España sino en el mundo entero. Y tienen razones. Cuanto menos, ha llegado la hora de escucharla y sentarse detenidamente a pensar en el futuro que nos espera si seguimos por el camino que nos están marcando. Es la hora.
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